viernes, 14 de abril de 2017

FAMILIA FUNCIONAL Y FAMILIA DISFUNCIONAL

FAMILIA FUNCIONAL Y DISFUNCIONAL

Mientras que Ana Teresa López de Llergo[1], a comienzos del segundo milenio nos habla en sus investigaciones para referirse a las facultades y debilidades psicológicas de la familia en los términos de “familia funcional y disfuncional”[2] . Hoy en la segunda década de este milenio, no por un modismo, sino por el fruto de investigaciones precedentes se ha acuñado, para hablar del tema de fondo, de parentalidad positiva y negativa[3].
Esta neoterminología, es promovida entre otros por  Aurora Bernal Martínez de Soria[4] (Universidad de Navarra, 2013) y Luz Yolanda Sandoval Estupiñan[5] (Universidad de la Sabana, 2013).
Podemos inferir previamente que cuando hablamos de familia nos referimos a unidades de convivientes enlazados por vínculos de parentesco ya sea por consanguinidad o de afinidad, sin importar el grado de proximidad tomando en cuenta estos dos criterios señalados; donde sus miembros tienen una relación inmediata y constante con quienes la representan jerárquicamente, los padres. 
Dentro del contexto de las costumbres sociales, la familia puede ubicarse en el campo evolucionista, historicista y el de la fisiología psicológica; para referirnos en los términos de A. Rad-cliffe- Brown[6], B. K. Malinowsky[7] y Talcott[8] : funcional- disfuncional.
Etimológimente, se puede exponer que la palabra función, proveniente del vocablo latino functio-nis refiere a la “ejecución, cumplimiento, ejercicio, desempeño, tarea que ha de llevarse para un fin”. Mientras que la disfunción obstaculiza las operaciones anteriores, distorsionando los objetivos y competencias.
De este origen etimológico podemos referirnos del paradigma del Funcionalismo como una escuela  que reacciona frente al estructuralismo, que se paraliza en la sustancia y en las causas y tiende a estatizar la realidad. El funcionalismo estudia –valga la redundancia-  las funciones y su complejidad, pretende explicar  la dinámica de la sociedad  mediante la contribución  de las partes  a las necesidades  del conjunto, y establece los requerimientos  que una sociedad ha de establecer para mantenerse. Por ello, se centra especialmente en las tareas que asumen los distintos elementos culturales, e incluye el rico entramado de la vida social. Paradójicamente hay quienes han criticado –por estáticas– a las teorías funcionales, acusándolas de suponer que, una vez satisfechas las diversas necesidades, la sociedad se quedará paralizada, al encontrar su punto de equilibrio.
Pero esto es imposible pues la sociedad siempre cambia debido a su dinámica interna. El paradigma funcional de Etzioni[9](“La Nueva Regla de Oro”, texto) cuyo fin es la satisfacción de las necesidades sociales, supone que, aun cuando ciertas “necesidades” son universales –las mismas siempre y en todas partes–, hay respuestas alternativas, más que dictar las formas específicas para diseñar una sociedad, indican que es imposible ignorarlas, pues se han de satisfacer de una u otra manera. Sin embargo algunas maneras resultan mejores. Esta perspectiva tiene la ventaja de responder  a la pregunta de qué sucede cuando se estudia la sociedad: “Estamos acostumbrados en términos de causalidad   y, por eso, nos interesa tan a menudo qué viene antes y qué viene después. En contraste, las explicaciones funcionalistas a ser ahistóricas, y, por tanto, a no interesarse por las circunstancias originarias de las condiciones actuales…”[10]
De lo precedente podemos decir, desde el paradigma sistémico y funcionalista, que de la institución familiar depende la felicidad o infelicidad de cada uno de sus integrantes, y al proyectarse logra o no la salud social[11]. Un sistema familiar equilibrado y bien estructurado favorece a la realización y logro de las funciones de todos sus miembros. El vocablo sistema viene del  griego synistanai (σύστημα) poner junto. Se trata de unidades ligadas que forman un grupo, un todo coherente en el que los distintos elementos que lo componen interactúan, son interdependientes entre sí, por lo tanto, están articulados, no acumulados, pueden crecer desde el interior y constituyen una unidad completa. El sistema es similar a un cuerpo cuyo crecimiento hace a cada  miembro más fuerte y más adecuado a su finalidad, sin alterar la proporción del conjunto. Además, las distintas partes forman unidades coherentes y complejas, que en su conjunto pueden integrarse a un suprasistema. Los sistemas, según los elementos que lo conforman, pueden ser concretos o abstractos. Los primeros están constituidos por objetos tangibles, descritos en términos cuantitativos; los abstractos están compuestos de ideas y criterios. Es sistema familiar tiene ambos elementos. Entre los concretos están la vivienda, ingresos económicos, comestibles, etc. Entre los segundos tenemos el afecto, la autoridad, las tradiciones, etc. De aquí podemos concluir que en cada miembro de la familia existe una dicotomía es concreto, pero también abstracto. Ahora, el grado de apertura de un sistema lo hace abierto o cerrado al entorno inmediato; pero es solo una cuestión de grado, pues ninguno es totalmente cerrado o abierto.

FAMILIA FUNCIONAL
En una familia funcional, todos influyen en todos, cada una desde su perfil psicológico y/o singularidad, desempeñando ciertas tareas o funciones. De aquí podemos conjeturar que los éxitos y fracasos de una familia no se deben a un solo miembro del grupo, sino a todos, en mayor o menor grado. Lo ideal para la permanencia de la familia es que funcione tanto el sistema como cada uno de sus elementos, lo cual le d tal peso que su misma presencia es capaz de ejercer un adecuado control  ético-cultural de la vida social.
Aquí podemos brindar algunas características de la familia funcional:

     1.    En una FF tiene bien definidos sus roles internos y jerárquicos (área de competencia del padre, de la madre, de los hermanos mayores, de los hermanos menores, etc.). Estas áreas de competencia dentro de la familia tienen también elementos variables en los roles; pero lo importante las reglas que determinen esas variaciones dentro de la familia estén claramente establecidas. Donde cada miembro sabe respetar roles y adaptarse a los que se susciten, según unas pautas de comportamiento que no sólo deben tener un carácter imperativo por los padres, sino acordadas con los hijos, según vayan éstos desarrollando su personalidad.
    2.    Una familia funcional tiene clara, explicitadas y consensuadas -en la medida de lo posible- sus relaciones con el entorno inmediato (otras familias, la escuela, el club, la parroquia, la sociedad en general). En el presente ítem  existen familias más o menos abiertas que otras; donde unas familias se proyectan con mayor incidencia al entorno arriba señalado y otras nuclearmente cerradas. Esta característica no es importante, como si lo es el que las reglas de la relación con el entorno sean consensuadas y no ambiguas. Esta característica evitará conflictos sobre hechos ya consumados; por otra parte dichas reglas son flexibles permitiendo atender a las necesidades (de contacto, culturales, recreativas, etc) variables con la edad, de los miembros de la familia
     3.    Esta característica está muy ligada a la anterior; pero así también con un contenido más amplio. Se refiere al desarrollo progresivo –por parte del padre y la madre, en un signo de comunión- de la libertad y responsabilidad. Dicho valor y virtud requiere un delicado equilibrio, lo que llamaríamos justa distancia psicológica entre los padres y los hijos, cuyo desarrollo está en proceso. Al mismo tiempo no se debe perder la dimensión de pertenencia (Es decir, los problemas del hijo, serán los problemas de los padres y hay una plena conciencia de parte de todos sus miembros al respecto). Al mismo tiempo se promueve –por los padres- un espacio en que el hijo pueda ensayar toma de decisiones propias adecuadas a su desarrollo cronológico y mental y de las cuales se sienta responsable. En conclusión la familia promociona un campo en el que se inicie –en los hijos– un  sujeto moral con autonomía para afrontar sus responsabilidades.
     4.    Este ítem, también es consecuencia de los anteriores. Se refiere a un grado variable de flexibilidad  inteligente para adaptar las reglas familiares a las  lógicas presiones derivadas  de la evolución y el desarrollo psicosomático de los miembros jóvenes, sin llevar a las mismas a la subjetividad y relativismo; sino que en el discernimiento aplicar las normas familiares  mencionadas  líneas más arriba para la que pedíamos en un principio claridad en su definición. De esta propuesta decimos que una familia es funcional tanto para el “hijo-niño”, como para un “hijo-adolescente”.
    5.    Otro aspecto a destacar de en una familia funcional son las tensiones a las que está expuesta el hijo-adolescente. Las primeras tensiones son producto de su desarrollo interno, que no son tan relevantes como las de impacto creciente de los medios de comunicación que conllevan a un rápido cambio sociocultural.  Aquí la tarea de una familia funcional, de tanto padres e hijos, es la de permanecer en contacto crítico con los cambios socioculturales. Tarea –que en ocasiones– no es fácil, ni gratificante dada la natural inercia humana a perpetuar sus esquemas mentales, una vez adquiridos.
     6.    La dinámica suscitada en los ítems arriba mencionados genera en la familia entre otras cosas tensiones, conflictos internos, frustraciones, sufrimientos, … tanto entre sus miembros implicados como en el sistema familiar propiamente. La familia funcional los expone y hace evidentes, los racionaliza, los acepta; pero sobre todo asume la responsabilidad de poder canalizarlos sin la ayuda de un terapeuta familiar o especialista. 

    Es decir, la familia posee los mecanismos necesarios para abordar y solucionar las tensiones propias del progresivo desarrollo de tos sus miembros (tanto de hijos-padres; padres-hijos, sin exceptuar las de papá-mamá).
7.    La familia funcional no está exenta de las tensiones propias a las que está expuesta como institución o parte de ella, o por algunos de sus miembros; pero, cuenta con los medios necesarios para satisfacer las necesidades primarias  y fundamentales (seguridad, afiliación, reconocimiento, autorrealización, ejercicio de la libertad y responsabilidad)[12] lo cual genera mecanismo de defensa para enfrentar situaciones de crisis
Se ha expuesto un perfil y características de la familia funcional, la cual no es una numeración sistemática; sino –sobretodo- la exposición del concepto de “sistema” al tejido de las relaciones en el interior de la familia y el contexto social inmediato al que corresponde.



FAMILIA DISFUNCIONAL
Si queremos mesurar la cantidad de familias disfuncionales en Perú, tendremos como resultado –no muy agradable y alentadores resultados- que la idiosincrasia de este problema no exime a ningún segmento socioeconómico. En nuestra realidad es elevado el número de personas que han tenido que enfrentar situaciones de crisis familiares alterando su funcionalidad, en contraposición  con el número de familias que pueden considerarse ejemplos de funcionalidad y por tanto de realización y felicidad.
Los comportamientos de un adulto están sustentados en la historia educativa de los primeros años. La cosmovisión de la vida es producto tiene en buena parte sus raíces  en la visión que al respecto tenia nuestra familia nuclear (padres y hermanos).
Aquí alcanzamos el perfil psicológico de una familia disfuncional:
  1. En la familia disfuncional los papeles o roles familiares son excesivamente rígidos. Por ejemplo, padre dominante, madre sumisa, hijo introvertido,..

      2.    Los padres son emocionalmente inmaduros. En cierto sentido, son niños jugando o aprendiendo por ensayo y error a ser adultos. Son seudoadultos lastimados en su estructura psicológica, que no han resuelto sus propias situaciones; consecuentemente no están en las mejores condiciones para educar de manera integral a una prole.
    3.    La familia es un sistema de comunicación cerrado. Podemos encontrar una familia muy dialogante y conversadora pero de temas superfluos e irrelevantes; pero donde la comunicación es escasa y no se toca el tema sobre problemas familiares vitales; no se habla claro, ni menos directa sobre algunos temas que se consideran tabú. Es decir, la familia se hace más disfuncional en la medida en que más niega el o los problemas que experimenta. Por ejemplo la infidelidad conyugal del padre; la ludopatía de la madre, etc.

   4. En la familia disfuncional los patrones de interacción son empobrecidos, llegando a situaciones tan extremas como el conflicto la agresión psicológica y física. No hay mucho margen de comportamiento, ni aspiraciones, ni apoyo a trascender el estilo de vida común.

    5. En este tipo de familia existe una escasa expresión afectiva, que consecuentemente no brindan seguridad, y menos educan a los hijos en la administración y economía de la libertad. Esto, a su vez, hace suponer que la figura de los padres son rígidas, imperativas y dogmáticas.

   6. La prole de estas familias tienen una incapacidad para el manejo apropiado de sentimientos (contactar sentimientos propios, clarificar y expresar sentimientos propios y ajenos)

     7.  Los hijos de estas familias expresan dificultades para relacionarse con otras en forma madura y constructiva. Así también, son escasamente capaces de mostrar e identificar amor, ternura, empatía, comprensión, disposición y respeto hacia otros.

    8.  Los hijos de este grupo familiar muestran dificultad para entablar lazos emocionales  relevantes; consecuentemente contará con una esfera social reducida, presumiendo que no encuentra apoyo, ni compañía en algún sector familiar y/o social. Todo esto como consecuencia de una falta de expresión afectiva.

     9.  Este tipo de familia al ignorar las necesidades afectivas; genera en su interactuar con sus miembros –sin proponérselo- tensiones, miedos, pesadas cargas emocionales con responsabilidades excesivas para los hijos.


   10.  Los hijos de este grupo de familia confunde sus sentimientos y suele mezclar sus sentimientos agradables con los desagradables. Resultado las emociones confusas en el actuar. Por ejemplo, para expresar mi amor al otro lo hago discutiendo, agrediendo psicológica o físicamente al otro.

   11. Los hombres lastimados en sus relaciones de infancia se tornan difíciles en la convivencia de adulto a adulto; ante esta situación responde con repliegues o evasiones, como queriendo que la historia de su niñez no se repita. Se avocan al trabajo, actividades de esparcimiento con sus amigos; es decir, hay una tendencia a situaciones más superfluas e impersonales que personales. Por tanto, el hombre  de familia disfuncional es difícil de abordar porque, literalmente, no sabe cómo establecer interacción profunda con su cónyuge o sus hijos. Tanto hombres como mujeres -en el matrimonio-  evitan la relación significativa y profunda porque los otros miembros de la familia exceden su capacidad de intimidad; por tanto, prefieren una la comodidad de una relación sin compromiso y superficial, y si es fuera de la familia mejor. Todo esto les permite estar a salvo de una cercanía más amenazadora de compartir una intimidad emocional, sentimental y afectiva. Lo mismo sucede con la madre trabajadora, que en una fan de liderazgo laboral evade el peligro de otra vez ser dañada en una relación íntima como lo fue ella en su primigenia familia disfuncional.




[1] Dra. Ana Teresa López de Llergo es Directora del Departamento de Difusión Cultural, Profesora de Metafísica, Axiología, Ética y Epistemología de la Educación de la Facultad de Pedagogía de la Universidad Panamericana de México.

[2] “Pensar la Familia: Estudios Interdisciplinares” Editado por José Andrés Gallego y, José Álvarez Adán. Colección Biblioteca Palabra; Ediciones Palabra, 2001 Madrid-España (pág. 47-71)

[3] “Parentalidad positiva” o ser padres y madres en la educación familiar- Positive Parenting or Being Parents in the Family Education; REVISTA SEMESTRAL DEL DEPARTAMENTO DE EDUCACIÓN. FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS/ UNIVERSIDAD DE NAVARRA. N°25; DICIMEBRE DE 2013

[4]  Aurora Bernal Martínez de Soria.  Licenciada en Ciencias de la Educación (1988) y en Teología (1991) por la Universidad de Navarra. Doctora en Teología (1993) y en Pedagogía (1997) por la Universidad de Navarra. Premio extraordinario de Licenciatura (1991) y de Doctorado (1997).  Profesora Contratada en la Universidad de Navarra, Doctora del área de "Teoría e Historia de la Educación"

[5] Luz Yolanda Sandoval Estupiñán es Doctora en Educación por la Universidad de Navarra, España. Magíster y Licenciada en Administración y Supervisión Educativa, egresada de la Universidad Externado de Colombia y de la Universidad de La Sabana, Chía, Colombia, respectivamente. Se desempeña como docente e investigadora de la Facultad de Educación de la Universidad de La Sabana

[6] Alfred Reginald Radcliffe-Brown (1881 – 1955) Antropólogo inglés a quien se debe el desarrollo del funcionalismo estructuralista, una de las corrientes más importantes de la antropología. Este marco teórico incluye conceptos descriptivos de la estructura social de los pueblos primitivos

[7] Bronisław Kasper Malinowski (1884 - 1942) Refundador de la antropología social británica a partir de su renovación metodológica basada en la experiencia personal del trabajo de campo y en la consideración funcional de la cultura

[8] Talcott Parsons (1902 –1979) Sociólogo norteamericano, Universidad de Harvard, Es uno de los mayores exponentes del Estructural funcionalismo en Sociología.
[9] AMITAI ETZIONI. La Nueva Regla de Oro. Comunidad y Moralidad en una Sociedad Democrática, pág. 26
Paidós. Buenos Aires. 1999. 352 pp. Trad. de Marco Aurelio Gahuarini Rodríguez: The New Golden rule. Community and Morality in a Democratic Society. 1996. Basic Book Harper Collins Pub.
Es un libro que invita a la reflexión acerca de las características de una sociedad comunitaria y sobre los valores necesarios para lograr interacciones sociales con lazos comunitarios más fuertes y duraderos con las consiguientes aplicaciones en los comportamientos de las personas y en el diseño de las políticas públicas. El libro plantea los fundamentos teóricos y consecuencias prácticas de la “buena sociedad” sustentada en el pensamiento comunitario. El texto extrae su título de la expresión de uso común: “Compórtate con los demás como quisieras que ellos se comportaran contigo”.

[10] Ídem

[11] Diccionario UNESCO de Ciencias Sociales (1988), Tomo IV, Voz Sistema Político. Editorial Planeta-Agostini. N. Abbagnano, (1966)
[12] Pirámides necesidades de Maslow: La pirámide de Maslow fue propuesta por el psicólogo estadounidensen Abraham Maslow (1908-1970) en su obra Una teoría sobre la motivación humana (1943) ,en la que establece una jerarquía de necesidades humanas.

Para Maslow, la principal motivación es priorizar las necesidades  cubrir aquellas que parecen más importantes o urgentes y, una vez conseguido, pasar al siguiente nivel de importancia hasta conseguir alcanzar la autorrealización.

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